Confesiones
Divinas

El libro
Algunas historias no piden permiso, simplemente necesitan ser contadas. Confesiones divinas es un relato que atrapa desde la primera página: íntimo, valiente y sin máscaras. A través de recuerdos que duelen y abrazan a la vez, el autor nos sumerge en su vida con una honestidad desarmante.
La infancia, la familia, el despertar de la identidad, el deseo, los miedos y las imposiciones sociales se entrelazan en un viaje que es tanto suyo como nuestro; las reflexiones sobre la aceptación y la sexualidad son especialmente potentes. Con una prosa cercana y llena de matices, cada capítulo es una confesión sin filtros, una búsqueda de respuestas, un pulso constante entre lo que somos y lo que el mundo espera de nosotros.
Posee una habilidad especial para transmitir sensaciones mediante pequeños detalles que enriquecen la experiencia lectora. Este libro no dicta lecciones ni pretende aleccionar. Es un espejo en el que muchos se verán reflejados, una invitación a mirar de frente nuestra propia piel.
Porque al final, vivir con autenticidad no es un destino, sino una batalla diaria. Confesiones divinas es esa conversación pendiente contigo mismo. ¿Te atreves a escucharla?
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Tapa blanda con solapas
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15x21 cm
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Javier de la Barreda Briseño
Javier de la Barreda (México, 1975) es un aventurero, viajero y soñador. Con una mochila al hombro y un corazón inquieto, a sus veintitrés años se fue de vacaciones a Londres, y lo que comenzó como un viaje de dos semanas se convirtió en algo más…
Desde el primer día se dio cuenta de que tenía un mundo por descubrir y que el suyo propio iba por mal camino. Sin rumbo, sin trabajo y con unos cuantos ahorros, empezó a reinventarse y a encontrarse a sí mismo. Por primera vez sintió libertad y la necesidad urgente de vivir su propia vida. Esto le hizo cuestionarse sus propias costumbres y se preguntó por qué debía regresar a su país si tenía mucho que aprender de este lado.
Perdió su vuelo a México y en su lugar aterrizó en Barcelona, donde vive actualmente. Tiempo después, comprendió que no solo había cambiado de país, sino que había cambiado su manera de ver la vida y que aquel viaje a Londres no fueron unas vacaciones, sino el comienzo de un nuevo capítulo en su historia personal.
Confesiones divinas es su primera obra, donde comparte su niñez, su primer amor, sus locuras, sus desafíos, y cómo ha podido transformar su vida sin juzgarse, siendo él mismo, enriqueciéndola con todo lo aprendido, con el único objeto de compartir su historia a aquellos que, como a él, alguna vez perdieron el rumbo.